El proyecto se define como un edificio residencial, compuesta por una planta baja de amenidades, 5 pisos que incluyen 5 apartamentos cada uno, más una planta superior de 2 unidades premium, de mayor metraje. Esto genera un total de 27 unidades de alta categoría. Los estacionamientos se resuelven a través de un subsuelo, dando una cobertura total de 43 sitios para todo el edificio.
Su predio presenta particularidades únicas que definen las características y expresiones del proyecto. Siendo una manzana triangular independiente, enfrentada hacia el mar, el edificio prioriza las vistas de cara a la rambla y, a su vez, plantea vistas 360º para todo el entorno del barrio jardín circundante, aprovechando las distintas singularidades de cada orientación.
El diseño de las fachadas propone una expresión de líneas horizontales que se refuerzan por los bordes de losa y las barandas. Su concepción estética parte de una modulación que integra aberturas, planos ciegos y jardinerías que aportan naturaleza a las fachadas. Su exterior está definido por diferentes materialidades como losas de hormigón visto, celosías de madera y planos de revoque en color que contrastan con el uso preponderante del vidrio en las fachadas.
En relación a sus amenidades, las mismas se distribuyen enteramente en planta baja, ofreciendo 2 barbacoas cerradas, un playroom y una piscina interior con gimnasio incluido. Cada espacio cuenta con áreas de servicios correspondientes como vestidores, baños y depósitos. Las barbacoas cuentan con un contacto fluido con los espacios exteriores como deck, solarium y piscina exterior, al igual que con los espacios verdes enjardinados que rodean al edificio
En Parada 18 de la Mansa, a metros del mar, St. Moritz se propone como un edificio de planta baja y 5 pisos, con amplísimas unidades de 2 y 3 dormitorios, esquineras, con enormes ventanales y terrazas, y por supuesto un nivel arquitectónico y constructivo excepcional de la mano del estudio Gómez Platero.
Edificio de 29 unidades y amplios estacionamientos en subsuelos. Líneas simples, diseño, calidad arquitectónica marcan el diferencial de St. Moritz, así como su vínculo con el paisaje y esas vistas únicas. Las fachadas proponen un uso elegante de materiales nobles, hormigón visto, además de vidrio y barandas, así como jardineras.
Contará con amplias barbacoas cerradas, playroom, gimnasio, piscina climatizada, solarium, decks, laundry y más.
El proyecto prevé gastos de mantenimiento accesibles, más allá de lo que brinda un edificio extraordinario como este.
Referencia Interna : Tera-39240
